Los cinco prisioneros políticos cubanos deben ser liberados inmediatamente
Tres premios Nobel y dos académicos denuncian su injusto encarcelamiento en Estados Unidos
El 16 y 17 de junio de 1998, el gobierno cubano invitó a dos importantes responsables del FBI para entregarles numerosos documentos que probaban la peligrosidad de varias personas gravemente implicadas en el terrorismo contra Cuba y que residían en Florida.
Hasta hoy ninguna de ellas ha sido requerida por las autoridades estadounidenses a pesar de las evidencias de las que disponen.
Tres meses más tarde, el 12 de septiembre de 1998, el FBI arrestó a cinco cubanos: Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González. ¿Su crimen? Haberse infiltrado, con el riesgo de su vida, en los grupúsculos criminales de origen cubano responsables de numerosos atentados violentos que costaron la vida a numerosos inocentes. Desde 1959, el terrorismo contra el pueblo cubano produjo 3.478 muertos y ha dejado lisiadas permanentemente a 2.099 personas.
Después de una parodia de proceso salpicada de numerosas violaciones jurídicas, los cinco fueron condenados en total a 4 cadenas perpetuas más 77 años por combatir el terrorismo. Desde hace más de 8 años, están encerrados en cinco cárceles de máxima seguridad diferentes, en los cuatro rincones del país, con el fin de impedir las visitas consulares.
Estos cinco cubanos han sido sometidos varias veces a tratos crueles, inhumanos y degradantes. Desde el día de su arresto hasta el 3 de febrero de 2000, o sea durante 17 meses, se les mantuvo en celdas de aislamiento, sin ningún contacto con los otros detenidos o sus guardias.
El 27 de mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre las Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas denunció la detención “arbitraria” de los cinco cubanos, subrayó que violaba las normas internacionales y exigió un nuevo juicio.
El 9 de agosto de 2005, tres jueces de la Corte de Apelación del Undécimo Circuito de Atlanta, que acumulaban cerca de 80 años de experiencia, decidieron unánimemente anular el veredicto de primera instancia y pidieron un nuevo juicio.
El 28 de septiembre de 2005, el gobierno de Estados Unidos pidió a toda la Corte de Apelación, compuesta por 12 jueces, que reconsiderara la decisión del 9 de agosto de 2005, lo que fue una acción muy poco común según los expertos jurídicos estadounidenses.
El 9 de agosto de 2006, después de presiones políticas muy fuertes, la Corte de Apelación de Atlanta invirtió la decisión de los 3 jueces y ratificó las sentencias.
Ha habido varios casos de tortura psicológica y moral contra las familias de los cinco cubanos. Olga Salanueva, esposa de René González y su hija Ivette, así como Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, todavía no han sido autorizadas para visitar a sus parientes. El 25 de junio de 2002, Adriana Pérez consiguió una visa para visitar a su marido detenido en Los Angeles, después de esperar 5 años. Pero al llegar a Estados Unidos, fue arrestada por el FBI, interrogada durante 11 horas y expulsada a Cuba sin poder ver a su compañero. Semejante crueldad es indignante e inaceptable.
Nosotros, firmantes de esta declaración, condenamos esta injusticia y exigimos al gobierno de Estados Unidos la inmediata liberación de estos cinco inocentes. Lanzamos también un llamado a los ciudadanos del mundo entero: ya es hora de poner fin al calvario de los cinco cubanos y de sus familias.
Firmado: Nadine Gordimer, Salim Lamrani, Noam Chomsky, Adolfo Pérez Esquivel y José Saramago
Tomado de Rebelión.org
2 comentarios
SARCO -
La lucha de estos hombres no es en vano, porque una vez más se demuestra la falsedad del discurso antiterrorista de los EEUU. Antes han apañado y financiado a las más terribles y nefastas dictaduras latinoamericanas que cometieron miles de violaciones a los derechos humanos; y ahora hacen la vista gorda cuando los actos terroristas y genocidas son funcionales a sus intereses.
Clara -
La respuesta fue detenerlos en lugar de investigar el asunto y juzgar a los culpables.
Terroristas como Orlando Bosh andan muy contentos por las calles estadounidenses a pesar de hab e r particifpado en la voladura de un avión cubano en pleno vuelo.
Es el doble rasero. Se trata de la politización de un juicio que es llevado no contra cinco hombres, sino como una vendetta contra una nación que desanda un modelo diferente: es "un mal ejemplo" para el gran capital.