La Revolución sigue su marcha
Con la designación del Compañero Raul Castro Ruz, como nuevo presidente de la República de Cuba, el parlamento de la isla deja muy en claro la continuidad de los lineamientos votados por el pueblo el pasado 20 de enero. Aunque la prensa burguesa se encargó de ocultarlas, en Cuba se realizan elecciones generales desde 1976, y en las mismas se votan ciudadanos, no partidos, y está prohibido el proselitismo y la propaganda. O sea, la antítesis de lo que se denomina elecciones en todos los países capitalistas, donde generalmente gana el candidato que tiene la billetera más llena, quien promete (y miente) mejor, o quien realiza el mayor fraude (George W. Bush en el 2000).
Con la renuncia de Fidel a ser reelegido en el cargo de presidente y usando como ariete a la prensa internacional Estados Unidos se fue a la carga: se abría una inmejorable posibilidad para liberalizar el sistema político. Los candidatos demócratas Hillary Clinton y Barak Obama, y hasta el presidente George W. Bush no tuvieron empacho en imponer condiciones a las nuevas autoridades cubanas para acceder a la consideración internacional. Elecciones libres y democráticas y apertura económica.
Pero a no engañarnos, al Imperialismo nunca le importó la democracia ni los derechos humanos. Lo avalan los recientes bombardeos en Irak y Afganistán, la cárcel de Guantanamo, su apoyo a Pinochet, Videla, Banzer, Stroessner, Trujillo, Batista, el Sha de Persia y cualquier otro genocida que haya habitado nuestro planeta. Solo desea quedarse con las empresas de teléfonos, gas, electricidad, minería y agua; privatizar la salud y la educación, y reconquistar las propiedades confiscadas y nacionalizadas por la Revolución. Y fundamentalmente poner de rodillas a Cuba, porque esta pequeña isla lo ha derrotado sin miramientos, demostrando que sin explotación se puede vivir con dignidad.
Un capitulo aparte merece el muy lamentable papel jugado por los medios de comunicación durante estos días. Mientras se morían ciudadanos paraguayos por un brote de fiebre amarilla, exigían de mil maneras “cambios” en Cuba, país que gracias a su avanzado sistema sanitario erradicó esta enfermedad hace décadas. Son muy contados los colegas periodistas que han tenido una actitud digna frente al proceso cubano. No es buen negocio estar del lado del más débil. Y como sabemos, a muchos periodistas, solo le interesan los negocios.
4 comentarios
Norelys -
silvia -
No hay duda que la batalla continúa.
Mirta -
Zenia -