Reivindicamos una empresa 100% pública, nacional, federal y que se socialice
Entrevista a José Rigane, Secretario Adjunto de la CTA y Secretario General de la Federación de los Trabajadores de la Energía (FeTERA – CTA), realizada el último 5 de mayo por el programa Quemar Las Naves (Radio Sur FM 88.3), después de haberse aprobado en la Cámara de Diputados la ley de expropiación del 51% de las acciones de YPF, enviada por el Gobierno nacional.
- ¿Qué valoración haces sobre la expropiación del 51% de la acciones de YPF ya aprobado en el Congreso?
Lo que venimos diciendo es que este es un paso positivo. La idea de expropiar, por lo tanto, de recuperar el 51% de las acciones que Repsol tenía sobre YPF, es un paso adelante. Nos parece así porque nosotros somos parte de los sectores que venimos luchando desde hace más de 20 años; yo diría desde antes de la privatización. Primero, para que la venta no se concretara y, posteriormente, con el regalo neoliberal de YPF, luchamos por la recuperación del patrimonio no sólo energético, si no por todo el patrimonio nacional. Una de las razones por las cuales estamos en crisis energética es precisamente este modelo basado en la privatización y, fundamentalmente, en la extranjerización. Nosotros hace mucho tiempo que veníamos advirtiendo la necesidad de revertir esta situación. De tener una estrategia diferente, de salir de este concepto de construcción neoliberal que nos llevó directamente a ser un país exportador de energía con las consecuencias que esto ha generado. No solamente con las arcas del Estado nacional, si no con la situación particular que le ha tocado vivir a cada uno de los argentinos.
- Cuando te referís al tema YPF y lo que significa esta medida del Gobierno nacional haces mucho hincapié en la situación general de los hidrocarburos y en el marco de un modelo aún más general, que es el modelo energético. Teniendo en cuenta esto, la medida se relativiza un poco más, ¿no?
En esta materia, el país viene de un esquema en donde todos los planteos que nosotros venimos teniendo, las reivindicaciones y las largas luchas que venimos desarrollando sobre el tema se están confirmando. Y esto no nos puede poner contentos, porque ya aprendimos hace mucho tiempo que tener razón desde el punto de vista de la construcción, desde el punto de vista de generar poder propio, no es un hecho significativo en el sentido de lo que entendemos como proyectar un futuro distinto para todos los argentinos. Lo que si está claro es que se cambió. Y ahora, como lo dice el gobierno, tiene una trascendencia y una valoración que es sustancialmente diferente a todo este último tiempo que lo veníamos planteando nosotros, y que no tuvo la repercusión ni la profundización del análisis de hoy. Por eso, todo esto que está sucediendo con YPF hay que aprovecharlo. Hay que aprovechar que hay un cambio, pero sabiendo que es parcial. No responde a una estrategia política de fondo por parte de este gobierno, si no que responde a una necesidad de carácter coyuntural de este momento y que tiene que ver con la caja. Y nosotros debemos aprovechar el debate que se abrió sobre el tema de la energía para reivindicar conceptos que se desnaturalizaron en Argentina y para ir por el cambio total de este modelo. Todo esto si es que los argentinos queremos tener una situación diferente de lo que hemos tenido hasta ahora, y si es que los argentinos queremos cumplir con una asignatura pendiente que tenemos en el ámbito de la región, que es justamente no tener una empresa que nos represente como ha sucedido en últimos 25 años.
- ¿Qué opinión te merece que la empresa continúe siendo una Sociedad Anónima y no una empresa estatal?
Nosotros reivindicamos una empresa 100% pública, nacional, federal y que se socialice. Nosotros con este tema no queremos volver al pasado. Nosotros no queremos una empresa mixta como se pretende. No queremos una Sociedad Anónima. Porque eso es no romper con el sistema que hemos venido teniendo hasta ahora. Eso es seguir en connivencia con los grupos económicos transnacionales. Es seguir intentando con la idea de la “argentinización”, cuando sabemos que ya ha fracasado. También es seguir en la línea del capitalismo de amigos, que también ya ha fracasado porque no le ha dado ninguna solución al país. Entonces lo que nosotros queremos es una empresa 100% pública, nacional y federal. Pero también que sea una sociedad del Estado. Y que se socialice. Esto significa que en la conducción de la empresa estén la representación de los grupos sociales que defienden los intereses de los usuarios, el medio ambiente, los trabajadores y un Estado nacional serio, responsable y no este Estado bobo que ha sido socio de los grupos multinacionales sólo para beneficiarlo. Todo esto es lo que nosotros entendemos como cambio de política de fondo. Pero, además, no sólo quedarnos con el ejemplo de Repsol, porque no fue la única empresa que no cumplió, no fue la única empresa que se porto mal. Acá se portaron mal y se siguen portando mal las otras empresas petroleras que hacen negocios en el país: Chevron, Total, Pan American Energy, British Petroleum, Petrobras, etc. Por eso para nosotros esto es un paso positivo pero es parcial.
- ¿Qué debería hacerse para implementar medidas que tengan efecto inmediato o en el mediano plazo para la población en general, sobre todo pensando en que Argentina tiene problemas de abastecimiento de gas, no solamente el petróleo para la producción o el transporte?
Es cierto esto. Sobre todo pensando en que Argentina tiene mayor problema de abastecimiento de gas que de petróleo. Pasamos de importar 3 barcos de gas congelado en el año 2008 a 80 barcos de gas en 2012. Estos barcos antes los ponía Repsol, ahora no sé quién los va a poner. Esto genera una perdida enorme por los precios que se van a tener que pagar. Porque, mientras que en boca de pozo se paga 2,30 o 2,70 u$d por millón de BTU, el gas boliviano está entre 10 a 12 U$D el millón de BTU. Y lo que es peor, el gas que se trae importado en barco nos cuesta entre 18 y 20 U$D por millón de BTU.
Esto nos deja en una situación muy compleja y para salir hay que eliminar los decretos des-regulatorios menemistas. Ningún gobierno en democracia se ha animado a eliminarlos. Con lo cual, creemos que todos los gobiernos que vinieron después de Menem ratificaron el modelo energético instalado en los noventas. Ningún gobierno demostró ninguna señal en querer modificar esta situación. Para salir de esta situación de importar petróleo y gas, es decir, de estar en crisis energética, es cambiar los marcos regulatorios. Este marco regulatorio es de la época de Menem, de Cavallo, es decir, es el marco regulatorio de las políticas neoliberales. De la misma manera que con el petróleo, hay que hacerlo en el campo del gas y de la electricidad.
En este contexto, hay que desarrollar una política de integración con la región en función de que sea dirigida a los intereses y necesidades de los pueblos. En Argentina, cada vez que se fue a una reunión regional de carácter energético, lo que se hizo fue representar los intereses de los grupos multinacionales. Esto hay que modificarlo de raíz. Esta es la materia pendiente que nosotros insistimos que hace falta en Argentina. Entonces, nosotros creemos que es bueno tener políticas relacionadas con el resto de los países de la región, pero deben estar dirigidas a los intereses y necesidades de los pueblos. Y creemos que esto se puede hacer, pero para realizarlo Argentina debe cambiar el modelo energético si no es imposible llevarlo a cabo. Puntualmente, puede adoptar cualquier esquema; el de Bolivia, de Brasil, de Nicaragua, de Uruguay, de Venezuela, etc. lo que no puede hacer Argentina es continuar con este modelo energético.
- En la discusión en el Congreso Nacional, desde las voces que provenían del Gobierno nacional se hizo hincapié en la “eficiencia” de la futura empresa YPF.
Respecto del término eficiencia, me parece que si no se cambia el concepto que se ha puesto desde que el neoliberalismo comenzó a destruir el país, es decir, de pensar a la energía como una mercancía en lugar de pensarla como un bien social que pertenece a todos los argentinos, no hay posibilidad de desarrollar políticas de eficiencia. Si no se entiende que la energía es un derecho humano y que todos tienen que tener acceso al agua, a la electricidad y al gas, no hay posibilidad de ser eficientes. Y si no se tiene un modelo energético donde el Estado sea el que se haga cargo de éste valor estratégico que es la energía, tampoco hay posibilidad de desarrollar políticas de eficiencia. Como ejemplo de todo esto me hago las siguientes preguntas: ¿qué eficiencia podemos desarrollar si cambiamos las lámparas incandescentes por las de bajo consumo, que está bárbaro, o apagamos las luces de los edificios públicos, que también está bárbaro, si al mismo tiempo mantenemos los marcos regulatorios de la época de Cavallo y las tarifas están a valor dólar como en la década del noventa y si no tenemos una energía en manos del Estado y la dejamos en propiedad de los grupos multinacionales? ¿qué eficiencia podemos desarrollar si permitimos de que se siga exportando el petróleo crudo sin procesar, dando lugar así sólo al crecimiento de las arcas de las multinacionales?
Todo eso no tiene sentido si no se lo toma estructuralmente. Por eso, la expropiación del 51% de las acciones de YPF si bien es un paso positivo y hay que aprovecharlo para abrir el debate, tiene gran porcentaje de medida para la tribuna. Esto es igual a creer que una empresa en medio de la crisis pueda salir de ella recortándoles el café a los empleados. Por eso creemos que la eficiencia se puede lograr si tenemos toda la energía en manos del pueblo argentino. Y a partir de ahí podemos discutir un uso racional y eficiente de la energía porque no va a estar bajo el concepto de obtener la mayor ganancia en el menor tiempo posible, con el mecanismo de depredación como ha sucedido con todos los grupos multinacionales.
- La Presidenta presentó la designación de Miguel Galuccio al frente de YPF. ¿Qué opinión te merece?
Yo no tengo conocimiento puntual de esta persona. Lo cierto es que todo esto no puede estar en manos de una sola persona. Es decir, cualquier política que se quiera desarrollar debería venir de la mano de un proyecto estratégico que contemple los diferentes sectores que deberían poder pensar una empresa como YPF. En realidad no importa el nombre propio si no qué políticas se lleva a cabo con la empresa más importante del país.
Tomada de Rebelion.org
1 comentario
SARCO -
No comparto la idea, muy en voga dentro del ambiente de izquierda crítico del Kirchnerismo, de que gran parte de esta desición sea para deleites de las "tribunas". Considero que ello es caer en una reducción mu simplista de un proceso mucho más complejo, maxime si tomamos en perspectiva cada una de las medidas trascendentales que ha tomado este gobierno desde el 2003 a esta parte. Creo que este tipo de medidas reafirma el rumbo trazado por los Kirchner desde su llegada al poder, y que tienen que ver con su visión de País y de su configuración política, Social,y Económica. Como a muchos el 51 % también me sabe a poco y como objetivo último es mi deseo ver algún día todas las empresas de energía siendo 100 % públicas con una presencia muy fuerte de nosotros los trabajadores en su gestión y organización.