Blogia
THE OMAR HERALD

Mundo

¿Hay que desear que le vaya bien a Obama?

¿Hay que desear que le vaya bien a Obama?

 

Barak Hussein Obama asumió el pasado martes la presidencia de los Estados Unidos. Todos los medios informativos ya sea escritos, radiales o televisivos, siguieron la transmisión en forma por demás minuciosa con corresponsales en Washington DC, y el mensaje que transmitieron fue uniforme: un hecho histórico; gran expectativa por los cambios que se avecinan; un hombre de “color” que transmite mesura y firmeza; un gran estadista que viene de abajo y conoce la pobreza, etc, etc.

Y como colorario a tamaño despliegue oratorio la frase “ojalá que le vaya bien”, incitando entre los lectores y oyentes el deseo de buenaventura de nuestra querida potencia occidental y cristiana, ya que “si a ellos les va bien, a todos nos va a ir bien”. Es tan así?

Dejemos por un momento el pesimismo de lado y reflexionemos acerca de cuales aspectos quisiéramos que a ellos les vaya bien:

. Si Obama quisiera terminar con el bloqueo a Cuba, eliminar las leyes Torricelli, Helms-Burton y la ley de ajuste cubano, ojalá que le vaya bien.

. Si estuviera en sus planes liberar a los cinco patriotas cubanos encarcelados desde hace más de 10 años por realizar tareas de contraespionaje dentro de la mafia cubano-americana para evitar atentados terroristas contra la isla, ojalá que le vaya bien.

. Si propusiera el retiro inmediato de las tropas israelíes de los territorios ocupados y la conformación del Estado de Palestina, ojalá que le vaya bien.

. Si decretara el retiro inmediato de las tropas en Irak y Afganistán y el cierre de la prisión en Guantánamo, ojalá que le vaya bien.

. Si decidiera en nombre de la libre determinación de los pueblos a elegir sus gobiernos, dejar de inmiscuirse en la política interna de Venezuela, Ecuador y Bolivia, ojalá que le vaya bien.

. Si dispusiera el salvataje a los deudores hipotecarios norteamericanos que van camino a perder sus viviendas y el juicio y posterior encarcelamiento de los políticos, banqueros y jueces que llevaron adelante esta política usurera, ojalá que le vaya bien.

. Si firmare el protocolo de Kyoto y se comprometiera a una drástica disminución de emisiones de dióxido de carbono, metano y azufre, reconvirtiendo las industrias que pudren las aguas y envenenan el aire, ojalá que le vaya bien.

. Si dispusiera el inmediato desbaratamiento del plan Colombia, y de las incursiones en la triple frontera (Paraguay-Brasil-Argentina) buscando terroristas donde no hay, propiciando que los pueblos vendan sus productos agroalimentarios a un precio justo y no tengan que recurrir a plantar coca que procesada industrialmente es consumida mayoritariamente en Estados unidos, ojalá que le vaya bien.

. Si decidirá encarcelar (o en su defecto deportar a Cuba o Venezuela) a Luis Posada Carriles, autor en 1976 del atentado al avión de Cubana en Barbados que le costó la vida a 73 personas, ojalá que le vaya bien.

Ficción y realidad

Pero nada de esto parece estar en la plataforma de Obama ni en sus intenciones políticas mediatas e inmediatas.

Para empezar, en su discurso inaugural agradeció “al presidente Bush su servicio a nuestra nación”. ¿Se refiere a la bancarrota económica en que quedó sumergida la primera potencia imperial o a la desastrosa política internacional cuyo broche de oro fue la Cumbre de Países de América Latina y el Caribe, con la presencia de Cuba y la exclusión de Canadá y… Estados Unidos?

En el cuarto párrafo de su alocución remarcó que “nuestra nación está en guerra frente a una red de gran alcance de violencia y odio”. Excepto Estados Unidos ¿hay algún otro país que exprese en grado tan elevado el odio hacia todo aquel pueblo o gobierno que no acepte de rodillas las políticas imperiales?

Y siguió dando cátedra de su vocación democrática al afirmar que “recuerden que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y al comunismo no solo con misiles y tanques, sino con solidas alianzas y firmes convicciones”. ¿Habrá pensando quizás en Henry Kissinger y su plan Cóndor que le costó la vida a decenas de miles de latinoamericanos que rechazaban la injerencia norteamericana en el continente y su política expoliadora? ¿O en las solidas alianzas con las que llevaron adelante esa política los asesinos Videla (Argentina), Banzer (Bolivia), Stroessner (Paraguay) , Pinochet (Chile) y Pacheco (Uruguay)?

Más adelante expuso con claridad conceptual su pensamiento del ecosistema: “Con viejos amigos y antiguos contrincantes trabajaremos sin descanso para reducir la amenaza nuclear y hacer retroceder el fantasma de un planeta que se calienta. No vamos a pedir perdón por nuestro estilo de vida, ni vamos a vacilar en su defensa, y para aquellos que pretenden lograr sus fines mediante el fomento del terror y de las matanzas de inocentes, les decimos desde ahora que nuestro espíritu es más fuerte y no se lo puede romper. No pueden perdurar más que nosotros y los venceremos”. Cualquier mortal sabe que el estilo de vida “americano” (como les gusta decir a ellos) es el combustible ideal del calentamiento global. ¿Dónde está la defensa del medioambiente?

También se refirió a “aquellos que se aferran al poder mediante el engaño, la corrupción y la represión de la disidencia, tienen que saber que están en el lugar equivocado de la historia; pero les tenderemos una mano si están dispuestos a abrir el puño”. En forma elíptica hablaba de los gobiernos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Por todo lo expuesto, después de leer el discurso de Obama, deseo … que no le vaya bien!

 

 

El mal comienzo de Hillary Clinton

El mal comienzo de Hillary Clinton

 

 

Por Emir Sader (*)

 

 

En su presentación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, la nueva Secretaria de Estado de ese país emitió sus primeras declaraciones en relación a America Latina. Se propone una "diplomacia directa", que pretende basarse en un supuesto "poder inteligente". Habla del continente como si fuese un espacio vacío en el que va a proyectarse.

Pero su discurso, pretendidamente abierto al diálogo, no puede dejar de esconder sus garras, revelando que el "poder inteligente" puede ser una nueva versión para la conocida combinación de "la cachiporra y la zanahoria" alternada o simultáneamente utilizada siempre por el poder imperial en América Latina y en el resto del mundo.

Si quiere tener una relación de diálogo positivo, la Sra. Clinton debería, antes que nada, hacer una autocrítica de la política que los Clinton desarrollaron en el continente y de la de Bush. La realidad es todo lo contrario, vean lo que se propone la nueva Secretaria de Estado:

"Deberemos tener una agenda positiva en el hemisferio como respuesta al tráfico de temor propagado por Chávez y Evo Morales."

Hablar de temor en nombre de la potencia que recientemente mandó circular su V Flota por las costas del continente; como si eso todavía produjese miedo en los gobernantes latinoamericanos, en el momento en que se reunía, por primera vez en la historia sin la presencia de los Estados Unidos, el Consejo Sudamericano de Defensa. En el momento en que nuevas reservas de petróleo han sido descubiertas en Brasil. Cuando Bolivia ejerce su soberanía expulsando al embajador de los Estados Unidos, por sus reiteradas intromisiones en la política interna de ese país, y por incentivar los planes golpistas de la oposición derechista.

Hablar de temor antes de normalizar las relaciones con Cuba, terminando con el criminal bloqueo de más de 40 años. Antes de retirar de forma inmediata la base de terror de Guantánamo y devolver ese territorio usurpado por el imperio hace más de un siglo a Cuba.

Lo que la Sra. Clinton llama temor, nosotros los latinoamericanos lo llamamos solidaridad – palabra que ustedes desconocen. Porque lo que Venezuela y Bolivia propagan es la política que, con el decisivo apoyo de Cuba, terminó con el analfabetismo en esos dos países. Pregúntese ¿que país, apoyado hace tantas décadas por los Estados Unidos, puede exhibir esa conquista, a pesar de los millones de dólares repartidos por el imperio para fortalecer a sus aliados derechistas?

Lo que la Sra. Clinton llama temor, nosotros lo conocemos como Operación Milagro, que ya permitió a más de un millón de latinoamericanos recuperar su capacidad de visión, con hospitales en Cuba, Venezuela y Bolivia, de forma totalmente gratis. Mientras que el imperio contribuyó cotidianamente a cegar a millones de personas fomentando, con recursos y noticieros falsos, los medios de comunicación monopólicos privados en el continente – aliado fundamental del imperio en la región.

Lo que la Sra. Clinton llama temor, nosotros lo conocemos como Escuela Latinoamericana de Medicina, que con sus sedes en Cuba y en Venezuela, forma las primeras generaciones de médicos pobres en América Latina, para fortalecer las políticas de salud pública en el continente.

En fin, Sra. Clinton, si quieren tener una política de diálogo con el continente, primero tiene que darse cuenta de que este no es el mismo continente de cuando su marido gobernaba y el neoliberalismo y el ALCA reinaban. Asuma modestamente que no conoce el continente, venga a visitar nuestros países, sin declaraciones, para aprender como se construyen procesos de integración regional, como se superan las políticas de libre mercado que su país propaga desde hace décadas como la solución y que se volvió el principal problema a enfrentar.

Venga a conocer los nuevos gobiernos, las nuevas políticas, pero antes resuelva los problemas pendientes – Cuba, Guantánamo, Operación Colombia, entre otros -, para no correr el riesgo de, delicadamente, moralmente, ser recibida no con flores, sino con zapatazos.

 

(*) tomado de Rebelion.org

Traducción: Insurrectasypunto

Texto original en portugués: www.cartamaior.com.br

Texto en español: www.insurrectasypunto.org

Tu silencio me duele. Tanto como la vida. Tanto como el tiempo ... (*)

Tu silencio me duele. Tanto como la vida. Tanto como el tiempo ... (*)

¿Hasta cuando Israel seguirá agrediendo al pueblo palestino?

¿Hasta cuando los gobiernos árabes serán cómplices con su silencio?

¿Hasta cuando las Naciones Unidas seguirán sin hacer respetar los acuerdos de 1948, respecto a la conformación del Estado Palestino?

¿Hasta cuando se seguirá alabando en la prensa internacional las operaciones militares quirúrgicas que solo atentan contra los jefes de Hamas?

¿Hasta cuando los medios de comunicación difundirán la noticia que “Israel responde a las agresiones terroristas”?

La lista de acciones,  sin lugar a dudas TERRORISTAS, llevadas a cabo por el Estado de Israel crece día a día: expulsión de los palestinos de su territorio; apoyo a los asentamientos de colonos judíos; bloqueo a la entrada de alimentos y mercancías; asfixia económica a la Franja de Gaza; ataques indiscriminados con misiles y artillería que ya causaron la muerte de miles de civiles y la destrucción de edificios, escuelas y hospitales; construcción de un muro al mejor estilo campo de concentración nazi.

De Estados Unidos no se puede esperar otra cosa que apoyo en esta nueva agresión. No hay que olvidar de que el Estado de Israel junto al imperio y la isla de Palau (si alguien me puede decir dónde queda le agradeceré la información) apoyaron en la ONU la continuación del bloqueo estadounidense a Cuba. Y el silencio de Obama es muy elocuente. A tan solo dos semanas de asumir como presidente, ya empieza a mostrar cual es la magnitud del tan mentado “cambio” que proclamaba en su campaña electoral.

Por eso urge detener este nuevo genocidio contra el pueblo Palestino.

(*) Mahmoud Darwish- poeta de la Resistencia palestina. 

 

La cara perfecta del Imperio

La cara perfecta del Imperio

por Eva Golinger (*)

 

 

Nadie puede negar el momento histórico que vive los Estados Unidos de Norteamérica. Una nación construida con la mano de obra de los esclavos africanos, acaba de elegir su primer presidente afro-descendiente. Un país con una constitución que aún mantiene su lenguaje original que define a los negros como "tres quintos de un ser humano", acaba de elegir un hombre negro con una abrumadora mayoría.

El voto fue otorgado a los afro-estadounidenses en el año 1870, cinco años después de la abolición de la esclavitud y casi 100 años después de la ratificación de la constitución por 55 hombres blancos terratenientes. Sin embargo, la población afro-estadounidense siguió recibiendo un trato de segunda clase y el país vivió en segregación durante la mayoría del Siglo XX. Las grandes luchas revolucionarios por los derechos civiles de Martin Luther King Jr., Malcolm X, las Panteras Negras, Ángela Davis y otros grandes líderes de la comunidad afro en Estados Unidos durante los años sesenta y setenta, lograron un posicionamiento importante para la población negra dentro del país. Sin embargo, el racismo y la segregación continuaron como temas integrales de la sociedad estadounidense.

Hubo un Collin Powell por allí, una Condoleezza Rice por allá, pero siempre y cuando se subordinaran a la supremacía blanca y actuaran como los token negros para dar la apariencia de un gran progreso de la nación. Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un Malcolm X. El Presidente Electo Obama es un afro-estadounidense que se ha aprovechado de un momento de desesperación dentro del pueblo de Estados Unidos y que ha jugado sus cartas casi a la perfección.

De padre africano, ausente de su vida, y madre blanca del corazon de Estados Unidos, del Estado de Kansas, Obama utilizó su ambición para lograr asistir a las mejores universidades del país, Columbia en Nueva York y luego Harvard para su doctorado en derecho. Optó por una candidatura al Senado por el Estado Illinois y logró recaudar suficientes fondos para ganar el puesto en 2004, convirtiéndose en uno de los pocos afro-estadounidenses que ha sido elegido al Senado de Estados Unidos. Escribió dos libros sobre sí mismo, enfocados en la ausencia de su padre en su vida y su lucha por subir la escalera del "éxito" y "oportunidades" que supuestamente ofrece Estados Unidos con sus calles de oro. Se hizo multi-millonario con sus bestsellers y otros trabajos que le llegaron por su carisma y potencial como un próximo líder del país.

No fueron sino dos años en el Senado y Obama decidió arrancar una campaña para la presidencia, capitalizando el momento de descontento en el país debido al fracaso de la época Bush-Cheney y el rechazo a nivel nacional al posible regreso de los Clintons al poder. Aunque no era el candidato preferido a comienzos de las primarias del partido demócrata, Obama eligió un equipo de campaña joven y sabio, y conocedor de las nuevas herramientas sociales: el Internet y los medios de comunicación. Entre Hillary Clinton y Obama, las primarias demócratas se convirtieron en un concurso de raza contra género. Ganó raza, ya que Hillary representaba más de lo mismo para muchos hartos de más de 20 años de las familias Bush y Clinton en el poder. Obama ofrecía una cara fresca, joven y morena, y un discurso poético, inteligente, reconciliador y sensible a las necesidades de un pueblo abandonado por sus gobernantes.

No importaba que no tenía experiencia en la política ni el gobierno, era el outsider que rápidamente se convirtió en el insider con más potencial para ganar las elecciones presidenciales. Obama recibió el apoyo de grandes multinacionales, celebridades de peso, multi-millonarios y del partido demócrata, además de captar el voto afro-estadounidense y un sector juvenil que antes no había expresado un interés notable en la política nacional. La campaña de Obama convirtió la palabra ’cambio’ en una moda nueva. Fue creativa con el uso de internet y páginas como Youtube.com, que fue el verdadero motor de la campaña de Obama, sacando nuevas cuñas y micros a favor de su elección casi todos los días. Apoyar a Obama se transformó en un nuevo estilo, algo chévere para la juventud, la moda del momento, el candidato cool.

Y claro, pensar en la posibilidad de elegir un hombre negro que no se idenficaba con la comunidad afro-estadounidense de manera abierta y directa y no empleaba un discurso anti-racista que incomodaba a los blancos, pués era bastante cómoda para la mayoría del país. Obama nunca habló de Black Power, no responsibilizaba a los blancos por la opresión de los negros y menos comentó sobre sus propias experiencias como un hombre de raza mestiza en un país donde frecuentamente golpeaban a los hombres negros que salían mano en mano con mujeres blancas. No, Obama decía que la nación era un sola, que no veía color ni sexo ni afiliación política, era un solo gran país los Estados Unidos de Norteamérica. Con este discurso, Obama logró recaudar más dinero que cualquier otro candidato de la historia de Estados Unidos.

En su discurso de victoria a la media noche del 4 Noviembre 2008, Obama admitió que su campaña había sido la mejor de la historia del país: la campaña perfecta. Vendieron su cara fresca y su color de piel al pueblo estadounidense, envuelto en su discurso de cambio y su tono monótono, pero suave y acariciador. Hasta vendieron su imagen al mundo: Obama, el cambio para Estados Unidos, el contrario de Bush-Cheney, un hombre moreno que entiende los dolores de los pueblos y se identifica con ellos. Jamás alguien así podría atacarlos o intentar dominarlos. Pero no se engañan. Obama siempre fue claro con su punto de vista imperial y su reafirmación sobre la necesidad de recuperar la posición de Estados Unidos como un super-poder y el país más grande y dominante del mundo.

Al aceptar su victoria, Obama invocó los clichés de Estados Unidos, diciendo que al llegar a la presidencia era una muestra de que su "América" es un país donde todo es posible, donde las oportunidades no tienen límites: el sueño americano en vivo. Se le olvidó agregar que eso se hizo posible por los más de 3 mil millones de dólares invertidos en su campaña. Todo es posible en Estados Unidos con unos cuantos millones de dólares, nadie lo niega.

Obama es la cara perfecta del imperio. ¿Quién mejor puede presentar una imagen simpática de un Washington bien decaído y destruido por los ocho años de Bush-Cheney y sus guerras sin fin? ¿Será igual de fácil para Al Qaeda u otros grupos anti-estadounidenses atacar a un jefe de estado moreno con nombre árabe? ¿Podrán los pueblos en revolución apuntar sus dedos a la Casa Blanca de Obama y reclamar sus acciones agresivas, intervencionistas e imperiales? ¿Y qué pasará con el pueblo estadounidense? ¿Bajará su guardia y respirará con alivio pensando que ya la cosa está en buenas manos y no hay que protestar más ni criticar más ni reclamar cambios reales?

Sí, el imperio ha conseguido su representante perfecto, el que casi blinda sus acciones con su poesía y color. Es cierto que la elección de Obama se ha hecho historia y ha sido un paso importante para curar las heridas profundas de la esclavitud. Pero el imperio seguirá siendo el imperio, en eso Obama fue muy claro en su discurso de victoria. "A los que están fuera de Estados Unidos que nos quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los derrotaremos," dijo con convicción. Que dios bendiga América.

 

(*) tomado de Rebelion.org

Obama elige a un pro-israelí de la línea dura para un alto cargo

Obama elige a un pro-israelí de la línea dura para un alto cargo

por Ali Abunimah

 

 

Durante la campaña electoral estadounidense, los racistas y pro-israelíes trataron de crear polémica en relación al segundo nombre del candidato presidencial Barack Obama, Hussein. Puede que estas personas se consolaran con otro segundo nombre, el de la persona elegida por Obama como jefe de gabinete de la Casa Blanca: Rahm Israel Emanuel.

Emanuel es el primer nombramiento de alto nivel de Obama y probablemente desilusionará a quienes esperaban que el presidente electo rompiera con las políticas pro-israelíes de la administración George W. Bush. El cargo de jefe de gabinete de la Casa Blanca es considerado el más poderoso del ejecutivo, cercano al presidente. Según fuentes del Partido Demócrata citadas por medios de comunicación como Reuters y The New York Times, Obama ha ofrecido este cargo a Emanuel. Aunque se espera que Emanuel lo acepte, la noche del miércoles [5 de noviembre], un día después de las elecciones, todavía no se había confirmado*.

Rahm Emanuel nació en Chicago, Illinois, en 1959, hijo de Benjamin Emanuel, un pediatra que ayudó a pasar de contrabando armas a la Irgun, la milicia sionista del ex-primer ministro israelí Menachem Begin, en los años cuarenta. La Irgun llevó a cabo muchos atentados terroristas contra civiles palestinos, incluyendo el ataque con una bomba contra el hotel King David de Jerusalén en 1946.

Emanuel siguió la tradición de su padre de apoyar activamente a Israel; durante la Guerra del Golfo de 1991 actuó como voluntario para mantener los vehículos del ejército israelí activos cerca de la frontera de Líbano cuando el sur de este país todavía estaba ocupado por las fuerzas israelíes.

Como director político de la Casa Blanca durante la administración Clinton, Emanuel organizó la famosa ceremonia de la firma de la "Declaración de Principios" entre el dirigente palestino Yasser Arafat y el primer ministro israelí Yitzhak Rabin. Emanuel fue elegido representante del Congreso por un distrito del norte de Chicago en 2002 y se le atribuye un papel clave en la obtención de una mayoría demócrata en las elecciones de medio mandato celebradas en 2006. Ha sido un destacado defensor de las políticas económicas neoliberales sobre libre comercio y la reforma de las prestaciones sociales.

Emanuel, uno de los políticos y recaudadores de fondos más influyentes de su partido, acompañó a Obama a la reunión con el comité ejecutivo del AIPAC justo después de que el senador de Illinois [Obama] pronunciara un discurso en el congreso de este lobby pro-Israel.

En el Congreso Emanuel ha sido un partidario de la línea dura pro-Israel sistemático y que se hacía oír, a veces incluso más que el presidente Bush. En junio de 2003, por ejemplo, firmó una carta criticando a Bush por no apoyar lo suficiente a Israel. "Estamos profundamente consternados al escuchar sus críticas a Israel por luchar contra actos de terrorismo", escribieron Emanuel y otros 33 demócratas a Bush. La carta afirmaba que la política israelí de asesinar a dirigentes políticos palestinos "estaba claramente justificada como una aplicación del derecho de Israel a defenderse" ("Pelosi supports Israel’s attacks on Hamas group", San Francisco Chronicle, 14 de junio de 2003).

En julio de 2006 Emanuel fue uno de los varios miembros [del Congreso] que pidió que se cancelara un discurso ante el Congreso del primer ministro iraquí Nouri al-Maliki porque había criticado el bombardeo por parte de Israel de Líbano. Emanuel calificó a los gobiernos libanés y palestino de "entidades totalitarias con milicias y terroristas que actúan como democracias" en un discurso pronunciado el 19 de julio de 2006 apoyando una resolución del Congreso de apoyar el bombardeo por parte de Israel de ambos países que causó miles de víctimas civiles.

En algunas ocasiones Emanuel se ha hecho pasar por defensor de las vidas palestinas, aunque si culpar nunca a la constante violencia israelí que es responsable de la vasta mayoría de muertos y de heridos. El 14 de junio de 2007 escribió a la secretaria de Estado Condoleezza Rice "en favor de los estudiantes de Gaza cuyo futuro está amenazado por la actual violencia allí” que él achacaba a "la violencia y militancia de sus mayores". De hecho, la lucha entre miembros de Hamas y Fatah, que acabó con decenas de vidas, era resultado de un plan fallido de las milicias respaldadas por Estados Unidos para derrocar al gobierno electo y de unidad nacional dirigido por Hamas. En su carta Emanuel urgía a Rice "a trabajar con los aliados de la zona, como Egipto y Jordania, para o bien encontrar un lugar seguro en Gaza para estos estudiantes o bien llevarlos a un país vecino donde puedan estudiar y hacer sus exámenes en paz". Los palestinos suelen considerar estas propuestas como un pretexto para una "transferencia" permanente [de palestinos] de su país, como han amenazado muchos dirigentes israelíes. Emanuel nunca ha dicho nada en defensa de los millones de niños palestinos cuya educación ha sido interrumpida por la ocupación, los cierres [de escuelas] y los bloqueos israelíes.

Emanuel también ha utilizado su posición para impulsar explícitamente los intereses de Israel de normalizar relaciones con Estados árabes y aislar a Hamas. En 2006 puso en marcha una carta al presidente Bush oponiéndose al intento del Dubai Ports World [Mundo Portuario de Dubai] con base en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) de comprar la gestión de negocios de seis puertos estadounidenses. La carta, firmada por decenas de otros legisladores, afirmaba que "los EAU han prometido proporcionar ayuda financiera al gobierno dirigido por Hamas de la Autoridad Palestina y participa activamente en el boicot de la Liga Árabe contra Israel". La carta argumentaba que permitir que el negocio siga adelante "no sólo pondría poner en peligro la seguridad de los puertos estadounidenses, sino que aumentaría la capacidad de los EAU de reforzar al régimen de Hamas y sus esfuerzos para promocionar el terrorismo y la violencia contra Israel" ("Dems Tie Israel, Ports," Forward, 10 de marzo de 2006).

Ira Forman, director ejecutivo del Consejo Demócrata Nacional Judío, declaró a Fox News que la elección de Emanuel es "sólo una indicación más de que a pesar de los intentos de insinuar que Obama podría elegir a la persona equivocada o escuchar a personas equivocadas en relación a las relaciones entre Estados Unidos e Israel ... esto nunca fue verdad".

Durante la campaña Obama se distanció públicamente de sus amigos y asesores sospechosos o acusados de tener simpatías "pro-palestinas". No hay indicaciones anteriores de una trayectoria más equilibrada.

*La noticia ha quedado confirmada hoy, 7 de noviembre de 2008, http://www.gara.net/azkenak/11/105442/es/Barack-Obama-confirma-que-Rahm-Emanuel-sera-su-jefe-Gabinete (N. de la t.)

Enlace con el original: http://electronicintifada.net/v2/article9939.shtml

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

 

La otra cara de Estados Unidos

La otra cara de Estados Unidos

 

Por Txente Rekondo (*)

 

La historia de EEUU es tan rica en movimientos sociales y protestas de colectivos disidentes como en estrategias políticas y legales que con el fin de acallarlos se encuentran a un paso de criminalizarlos, aunque pocas veces tienen presencia en los medios de comunicación

El complejo legal estadounidense es una de las claves para entender el desarrollo de los diferentes movimientos sociales y de sus protestas. Mientras la «primera enmienda» señala que «el Congreso no podrá crear leyes que recorte la libertad de expresión o de prensa; o el derecho a manifestarse pacíficamente...» y se suceden sentencias favorables a los defensores de esos derechos y contrarias a los intentos restrictivos de los gobiernos, estos movimientos no han dejado pasar la oportunidad de incidir en ese complejo mundo legal y constitucional.

Si ya militar en ellos no es tarea fácil en EEUU, el sistema se ha sabido dotarse de importantes leyes o medidas que sirven para coartar todo aquello que la primera enmienda dice defender. Valiéndose de argumentos como «mantener el espacio público, la seguridad pública, prevenir la violencia, o la amenaza de ésta, o la defensa de la propiedad», expresarse en las calles en contra de determinadas políticas públicas o en demanda de derechos se ha convertido en una difícil apuesta.

Tras el 11-S y en pleno desarrollo de las teorías neoconservadoras, el impulso a las medidas reaccionarias desde diferentes estratos del poder ha sido evidente. Hoy día, amparándose en esos argumentos «preventivos», limitar los derechos de reunión o expresión es una tarea más sencilla. Todo ello sin olvidar las otras dos cartas que guarda siempre al Gobierno, el recurso a la represión policial o la utilización del sistema judicial para imponer sanciones severas.

Poco después de los ataques del 11-S, diferentes prisioneros políticos en las cárceles de EEUU fueron sometidos a un régimen de aislamiento durante días. Más tarde se produciría la aprobación de la «Patriot Act», que abrió la puerta a toda una avalancha de medidas y sanciones para criminalizar a buena parte de la disidencia estadounidense.

La historia del país muestra una rica experiencia de movimientos y campañas sociales que han salido adelante pese a las trabas oficiales y a los obstáculos creados para frenarlas. Los primeros años del siglo veinte mostraron buena parte de esas experiencias. La huelga de los trabajadores textiles en 1912 en Massachusetts fue un importante logro que posibilitó una organización laboral sin precedentes en EEUU. Unos años más tarde, la defensa de los derechos civiles que se visualizó en forma de marchas silenciosas, como la de Nueva York de 1917 para protestar contra una masacre ocurrida en el sur y los continuos linchamientos de negros. Este tipo de protestas resurgieron con fuerza en los años 60 en torno a las mismas demandas, el fin de la segregación «cuasi legal» de la población negra de EEUU.

A comienzos del siglo XX se produjeron también las protestas del Partido Nacional de las Mujeres, que exigían una reforma constitucional que les reconociera el derecho al voto. Ése fue el germen de un poderoso movimiento que también resurgió en los 60, y que tomó cuerpo en torno al Movimiento de Liberación de la Mujer en 1968.

Otro sector que históricamente ha logrado articular importantes movimientos sociales es el que formado en torno al rechazo a las guerras promovidas por los diferentes gobiernos estadounidenses. Si en la década de los 60, la guerra de Vietnam movilizó a los universitarios, a las clases medias de los suburbios, a trabajadores y a grupos de ex soldados, y se sucedieron las marchas, conciertos, mítines... Ya en pleno siglo XXI ha surgido con fuerza otro movimiento, el contrario a la guerra y ocupación de Iraq, aunque no ha logrado articular las masivas protestas de décadas anteriores.

Recientemente, las manifestaciones contra la globalización reunieron a miles y miles de personas, pero una vez más su organización y el impulso inicial se ha ido desinflando con el paso de los años.

Cualquier movimiento social que se cree en EEUU, igual que sucede en en otras partes del mundo, es consciente de que para llevar adelante sus campañas debe calcular muy bien tanto las tácticas a desarrollar como las reivindicaciones a plantear. Además, debe basar buena parte de sus ejes centrales en tres objetivos relacionados entre sí. Intentará presionar al Gobierno para lograr los cambios o demandas que defiende, al tiempo que busca la «educación de la población» persuadiéndola de la importancia de las cuestiones sobre las que trabaja, y, además, deberá encontrar las fuentes de financiación necesarias para poder seguir existiendo como movimiento y articulando sus demandas.

En muchas ocasiones, sobre todo en los últimos años, la postura de las instituciones estadounidenses es la de «invitar a esos movimientos a participar políticamente y, al mismo tiempo, frustrar dicha participación», buscando, en definitiva, una especie de «institucionalización» de los mismos.

Con la activación del discurso en torno a las llamadas «personas socialmente peligrosas», que está basada en categorías «extremadamente elásticas» que permiten la persecución y las sentencias contra individuos o movimientos sociales, el poder también ha logrado tejer una poderosa red de freno a las demandas de esos colectivos. En cualquier caso, muchos de ellos han denunciado que tras esa estrategia represiva sólo queda un paso hacia los «arrestos preventivos» y el encarcelamiento de «peligrosos activistas»; en definitiva, hacia la criminalización de la disidencia.

A lo largo de la historia de EEUU se han sucedido los grupos que se han movilizado para conseguir acceder al sistema político y desde allí defender determinados intereses, generales o de colectivos concretos. Mucha gente se ha movilizado y lo sigue haciendo, participa en manifestaciones, escribe cartas a los medios de comunicación, va puerta a puerta exponiendo sus demandas, participa en campañas de desobediencia civil..., ya que ésa es la única vía de la que disponen en el escenario político de EEUU para hacerse oír o para intentar llevar a delante sus propuestas.

Las organizaciones sociales que desarrollan su actividad en torno al movimiento obrero y los derechos laborales, los derechos civiles, la paz, los derechos de gays y lesbianas, el aborto, los derechos de la mujer, la pena de muerte, el sida, la brutalidad policial, los derechos de los animales, el medio ambiente, las minorías étnicas, los inmigrantes, la salud... son expresiones de lo que podríamos considerar la otra cara de la realidad política y social de EEUU, y normalmente no tienen presencia en las noticias que recibimos de aquel país a través de la mayoría de los medios de comunicación.

 

(*) Txente REKONDO - Gabinete vasco de Análisis Internacional (GAIN)