El paro del campo
Luego de tres semanas de lockout y corte de rutas, las cuatro entidades que representan al campo resolvieron suspender la medida por 30 días para negociar con el gobierno. Todos los sectores se mostraron triunfantes: el gobierno porque logró quebrar el paro sin rebajar las retenciones (motivo inicial de la protesta) y el campo porque consiguió la promesa de sentarse con el gobierno a discutir rebajas en fletes, créditos para los pequeños productores y subsidios.
Pero no todo es del color que se presenta. El gobierno debe afrontar este año compromisos internacionales por más de 10.000 millones de dólares, y el único plan económico que sostiene a rajatabla es la caja recaudadora. Además las entidades no solo quieren negociar por las retenciones a la soja, sino que ahora buscan acuerdos por la ganadería y la lechería.
Pero el campo no lleva todas las de ganar. Golpeó muy fuerte el desabastecimiento de productos esenciales. Y como si eso fuera poco, la Federación Agraria quedó muy ligada a la Sociedad Rural en una alianza que los dirigentes no saben bien como justificar. Ese muerto no lo va a levantar muy fácilmente.
La oligarquía, con la complicidad de los medios de comunicación, buscó crear un estado de ingobernabilidad a través de los "espontaneos cacerolazos", pero en la práctica solo tuvieron eco en la pequeña minoría de barrio norte de la ciudad, muy condescendientes desde siempre a las dictaduras fascistas.
Cuando hablo de los medios no me refiero solo a las empresas periodísticas, sino también a los profesionales que transmiten la información y que dan opinión (noteros, cronistas y presentadores de noticieros NO están excluidos). Jugaron un rol detestable, desinformando, dándole una cobertura desmesurada a la opinión de los “pobres productores” y minimizando actos criminales como haber tirado a la calle 7.000 litros de leche, o un cargamento de naranjas. Dando una verdadera bofetada a millones de personas que necesitan los alimentos.
Los periodistas no pueden aducir que son simples empleados, que obedecen a quienes les pagan el salario. El argumento de la Obediencia Debida ya lo utilizaron los represores de la última dictadura para justificar violaciones, torturas, asesinatos y 30000 desapariciones. Tienen la RESPONSABILDAD de informar con honestidad intelectual. Y no lo hicieron.
Del lado empresario son para destacar el matutino “La Nación” vocero histórico de la oligarquía que fogoneó la protesta a través de sus editoriales y sus encumbradas plumas (Joaquin Morales Solá, y Mariano Grondona) y el papel jugado por el canal de cable Todo Noticias, del grupo “Clarín”. Para dar un ejemplo, cuando la presidenta Cristina Kirchner daba sus discursos, colocaba la imagen de ella en un cuarto de pantalla. Los otros 3 cuartos lo ocupaba la imagen de los productores que insultaban y gesticulaban contra la primera dama. Esto lo aprendieron de Globo Visión y RCTV en Venezuela, quienes hicieron lo mismo contra el presidente Hugo Chávez durante la movilización antigubernamental del 11 de abril del 2002, previa al frustrado golpe de estado.
Los más perjudicados en este conflicto, son los millones de trabajadores que se encuentran con aumentos exorbitantes en el precio de la carne, el pollo y las frutas. Y no tienen una representación gremial ni política acorde a sus circunstancias.
(*) El que aparece en la imagen durante los cacerolazos "espontaneos" del 25 de marzo es Cosme Beccar Varela, maximo dirigente de Tradicion Familia y Propiedad. Organizacion ultramontana que apoyó a todas las dictaduras del continente americano. Fue tomada por la Agencia France Press.
5 comentarios
cacho -
Rehenes de Monsanto
Lo que se calla no se otorga
por el Biólogo Raúl Montenegro
"O como braman las cacerolas llenas de soja del obelisco y nadie oye
las cacerolas sin tierra de Santiago del Estero"
Dedicado a la gente del MOCASE, y a los expulsados por la soja, la
codicia, la ineptitud de los gobiernos, las topadoras y los
plaguicidas.
Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías.
Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan
entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero.
Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el
asfalto civilizado de Buenos Aires. Que duro es ver las cacerolas
renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero.
Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus
carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el
Che Guevara pudieran darse la mano. Que duro es recordar que esas
cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias
temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los
terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos
enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia
muralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel.
Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña
Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja. Qué
duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen
de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus
semillas y sus agroquímicos.
Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón
desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas
expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su
cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los
nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte.
Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en
nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a
decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán,
las promotoras de BASF y las palas mecánicas con aire acondicionado.
Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por
la soja y por el cóctel de plaguicidas.
Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos
no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y
ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales.
Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en
ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los
romperá en
mucho menos tiempo.
Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue
destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver
que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al
mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de
cultivos diversificados.
Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con
el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza
irónicamente sus actividades destruyendo ese monte. Qué duro es ver
que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la
ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente
buena.
Qué duro es saber que miles de Argentinos están expuestos a las bajas
dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para
que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja. Qué duro es
saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros
plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños,
adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron
y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace
estudios epidemiológicos.
Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan,
que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por
cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la
Amazonia Boliviana. Qué duro es comprobar que las cacerolas
relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el
monocultivo.
Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan
todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de
Argentinos que todavía no nacieron. Qué duro es ver las imágenes por
televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin
tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni
piquetes, ni cacerolas que los defiendan.
Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche
solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus
divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de
hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19
millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños
argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que
su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban
agua. Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.
Raúl A. Montenegro
Biólogo, Presidente de FUNAM
Premio Nóbel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia).
Profesor Titular de Biología Evolutiva,
Universidad Nacional de Córdoba (Argentina)
cacho -
en realidad no se sabe bien que es detestable ,detestable la accion periodistica desinformativa , detestable la accion de federacion agraria
,detestable elpueblo argentino
que prefirio sentir el desabastecimiento en vez de salir a luchar contra la oligarquia patronal del campo, detestable la accion del gobierno de no reprimir como se reprimiria un paro obrero , con gases y toda la gendarmeria en la calle ,
ni un solo incidente ,detestable la forma como estos tipos dejaron a todo un pais desabastecido, para luego elevar el precio de los productos al doble, detestable porque la ley no es pareja para todos ,detestable tirar la comida mientras otros mueren de hambre ,y lo mas detestable que seguimos siendo
ciegos ,que no nos damos cuenta que nos estan queriendo poner de nuevo contra el paredon ,los fascistas de siempre los que hundieron el pais , los que entregaron todo , el gas , el petroleo ,en fin la energia toda .
Son los mismos que hoy salen de Recoleta
, Belgrano y Barrio norte ,con sus lustradas caserolas a gritar contra este gobierno ,y no lo defiendo sus defectos tiene, pero es legitimamente electo por el pueblo ,que no tiene miles de hectareas de campo , y mal o bien vivimos en democracia, cosa que estos señores en las epocas de los militares apoyaron las torturas a todo aquel que se quejaba y pedia aumento de sueldo u politicas sociales justas,
esta oligarquia recalcitrante que hoy quiere elevar su cabeza , debe ser aplastada con todo el peso del pueblo y la ley , por eso compañeros hoy mas que nunca tenemos que estar alertas y decir no a todo lo que sea que nos envian por internet , no a los canales televisivos , que tratan de salvar a esta oligarquia
no a los diarios y medios de prensa que los representan, ahora hagamos nosotros un paro contra ellos, no consumamos nada que pueda darles la oportunidad de golpear ,golpeemos nosotros primero ,la lucha es lo unico que le queda al pueblo cuando es atacado por un poder superior que quiere esclavizarlo y hacerlo vivir en la miseria me despido hasta la victoria siempre
Mirta -
Pareciera que asi nos tienen "ocupados e informados",en un estado de "libertad de expresion"cuando, en realidad, hay otro chanchullo (permitaseme la expresion)preparandose por otro lado.
Es lamentable lo que nos ocurre. Tirar alimentos, etc. etc.pero en tanto y en cuanto se siga vaciando el cerebro de todos los argentinos...veo dificil la posibilidad de un cambio.
Juan carlos blanco -
SARCO -
En cuanto al papel jugado por el gobierno, tambien deja mucho que desear. Comboca a dirigentes piqueteros o sindicales para que sean su fuerza de choque. No es que piense que tendría que haber actuado la Federal, ya sabemos que sólo saben reprimir al pueblo. Y el pueblo? Nadie defiende los intereses del pueblo. Nunca tan vigente: Solo el pueblo salvará al pueblo.